A nuestros clientes les encanta escuchar nuestras voces resonando por toda la oficina… ¿Para qué localizar a un compañero con un radio cuando podemos gritarle desde el otro lado del edificio?
Desde tiempos ancestrales, las comadres han utilizado este método efectivo de comunicación. Si ha funcionado durante siglos, ¿por qué cambiarlo ahora? Además, gritar a 30 metros de distancia es muy efectivo y también nos ayuda a mantenernos “activos” y con un buen color en el rostro.
“¡No te preocupes, no tengo prisa!”, es algo que un cliente típico seguramente piensa mientras espera. Las empresas que usan radios resuelven problemas en segundos y cierran ventas más rápido. Pero, ¿dónde quedaría el tiempo para platicar y socializar un poco?
¿Un cliente tiene una duda urgente y no sabemos la respuesta? ¡Perfecto, improvisemos! Muchas empresas utilizan radios para resolver dudas en tiempo real o para notificar rápidamente cuando algo se agota en el inventario. Pero nosotros preferimos la emoción de las sorpresas y el arte de improvisar.
¿Raúl está en el tercer piso y no contesta su celular? ¡Excelente oportunidad para subir las escaleras y quemar algunas calorías! Mientras otras empresas usan radios para localizar a su personal con solo presionar un botón, nosotros preferimos mantenernos en forma corriendo de un lado a otro. Nuestros clientes lo entenderán… ¡o eso esperamos!
Un policía necesita estar coordinado y bien informado en todo momento. ¿Pero nosotros? No hay tanto peligro en la oficina, ¿o sí? Estar tan bien comunicados con un radio podría generar más chismes que productividad.
¿Necesitamos contactar urgentemente a tres compañeros? Nada mejor que llamarles uno por uno o esperar a que respondan un mensaje en WhatsApp. Mientras otras empresas agilizan sus procesos con radios, nosotros preferimos resolver todo (aunque sea más lento) con el buen “Whats” o una llamadita.
¿Dónde está Raúl? - “Salió a atender un asunto urgente”…
Es vital tener un tiempo en el que nadie pueda localizarnos, especialmente cuando más nos necesita un cliente. Unos minutos de desconexión nunca vienen mal, ¿verdad?
En una empresa sin radios, nunca se sabe quién está disponible o dónde están los compañeros. Este toque de misterio mantiene a todos en alerta, añadiendo un poco de emoción a la rutina diaria. No querríamos que un simple radio nos robara ese “suspenso”.
Los radios de comunicación facilitan la coordinación rápida y efectiva, pero también pueden romper la tranquilidad de la oficina. Apreciamos esos momentos de silencio donde podemos concentrarnos… o tomar una siesta discreta.
Si todos en la empresa comenzaran a usar radios, podríamos resolver problemas más rápido, atender a los clientes mejor y cerrar más ventas. Pero… ¿y si eso nos lleva a ser demasiado eficientes? No queremos que se nos acaben las excusas para esos preciados minutos de descanso.
Conclusión:
Después de leer estos puntos, esperamos que reconsideres seriamente la idea de implementar radios de comunicación en tu empresa. Pero si decides optar por la eficiencia y el profesionalismo… ya sabes dónde encontrarnos.